La regeneración ósea guiada (ROG) es una de las técnicas más avanzadas y exigentes en cirugía oral. Aunque ofrece resultados predecibles cuando se realiza correctamente, no está exenta de riesgos. Las complicaciones en regeneración ósea pueden comprometer no solo el resultado quirúrgico, sino también la viabilidad de futuros tratamientos, como la colocación de implantes.
En este artículo repasamos las complicaciones más frecuentes, cómo identificarlas a tiempo y qué estrategias aplicar para manejarlas de forma eficaz.
¿Por qué se producen complicaciones en regeneración ósea?
Las causas más comunes se relacionan con:
- Una planificación deficiente del caso.
- Elección inadecuada del biomaterial o la membrana.
- Técnica quirúrgica incorrecta.
- Manejo deficiente de los tejidos blandos.
- Instrucciones postoperatorias mal entendidas por el paciente.
En un procedimiento tan sensible como la regeneración ósea, cada paso cuenta: desde el diagnóstico inicial hasta el control de la cicatrización.
Complicaciones más frecuentes en regeneración ósea
A continuación, se detallan las complicaciones clínicas que pueden aparecer durante o después del procedimiento:
1. Dehiscencia de la herida
Una de las más comunes. Ocurre cuando la línea de sutura se abre, exponiendo el injerto o la membrana.
- Diagnóstico: exposición visible del biomaterial, con o sin inflamación.
- Manejo: en exposiciones parciales sin signos de infección, se puede optar por un seguimiento. En casos más graves, puede ser necesario retirar el material y realizar un nuevo injerto.
2. Infección del sitio quirúrgico
Puede aparecer por falta de esterilidad, manipulación excesiva del tejido o mala higiene postoperatoria.
- Síntomas: dolor, supuración, mal olor, inflamación intensa.
- Tratamiento: antibióticos, drenaje si hay absceso y, en algunos casos, retirada del injerto.
3. Reabsorción del injerto
Especialmente en defectos grandes o en pacientes con factores de riesgo sistémicos (como tabaquismo o diabetes mal controlada).
- Prevención: elección adecuada del tipo de injerto, control del paciente y técnica quirúrgica depurada.
- Manejo: revaloración del caso para repetir la regeneración si es necesario.
4. Movilidad de la membrana
Una membrana mal fijada o sin el soporte adecuado puede moverse y comprometer la regeneración.
- Solución: uso de técnicas como la fijación con pins o tornillos, y diseño de colgajos que garanticen estabilidad y cierre sin tensión.
Diagnóstico precoz: la clave para minimizar daños
La mayoría de las complicaciones en regeneración ósea pueden controlarse si se detectan a tiempo. Por eso es esencial:
- Realizar revisiones frecuentes en las primeras semanas.
- Evaluar signos como inflamación persistente, sangrado, dolor inusual o cambios en la textura del tejido.
- Contar con registros fotográficos y radiográficos que faciliten la evaluación de la evolución.
En casos de duda, es preferible intervenir de forma temprana que esperar una resolución espontánea que podría no llegar.
Estrategias para evitar complicaciones
La prevención sigue siendo la herramienta más eficaz. Algunas claves:
- Planificación digital del caso con CBCT.
- Uso de biomateriales y membranas de calidad contrastada.
- Técnica de cierre con colgajos bien liberados y sutura sin tensión.
- Instrucciones postoperatorias claras y seguimiento personalizado.
- Elección de casos adecuada al nivel de experiencia del profesional.

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Conclusión
Las complicaciones en regeneración ósea no se pueden evitar al 100 %, pero sí se pueden prevenir y controlar si se cuenta con la formación adecuada, una buena planificación y una técnica quirúrgica precisa.
No se trata solo de saber regenerar, sino de saber qué hacer cuando las cosas no salen como esperabas. Y ahí es donde se marca la diferencia entre un resultado aceptable y un tratamiento verdaderamente exitoso.